¿Cuán grande son tus deseos?

¿Cuán grande son tus deseos?

En una ocasión, un Vendedor de Globos se paró en una esquina de un parque donde habían muchos niños y niñas jugando. Este vendedor de globos tenía globos de todos los colores; rojos, azules, amarillos, verdes, blancos, etc. Se mantuvo parado en la misma esquina durante todo el día. Él estaba esperando que los niños y niñas que allí jugaban corrieran donde él para que le compraran toditos los globos, pero el día se acabó y ningún niño le compró globos.

Al segundo día, este vendedor de globos decide pararse en otra esquina del parque haber si esta vez los niños y las niñas que estaban divirtiéndose junto a sus padres se interesaban en comprarle los globos. Pero el día, también finalizó sin éxito para este humilde vendedor de globos.

Al tercer día, decidió pararse en otra esquina, pero esta vez se le ocurrió la maravillosa idea de soltar un globo amarillo. Y cuando los niños y las niñas que jugaban en aquel parque vieron el globo amarillo elevarse al cielo corrieron y se acercaron al vendedor y le compraron toditos los globos.

Al cuarto día, el vendedor de globos se paró en otra esquina.  Esta vez, soltó un globo color rojo, el cual también se elevó muy alto en dirección al cielo. Todos los niños y niñas nuevamente corrieron hasta el vendedor y le compraron toditos los globos.

Al día siguiente, soltó un globo azul y ocurrió lo mismo. Desde entonces y durante el resto de la semana, el vendedor de globos había decidido pararse en diferentes esquinas del parque soltando globos de diferentes colores. Todos los niños y niñas al ver los globos elevarse al cielo corrían hacia el vendedor y le compraban toditos los globos.

Al final de la semana, un niño de piel negra se acerca al vendedor de globos para decirle y preguntarle: señor vendedor de globos, yo lo he visto a usted durante toda la semana soltar globos de diferentes colores; rojos, azules, amarillos, blancos, verdes, etc. y todos se han elevado bien altos hasta llegar al cielo. Ahora le pregunto señor vendedor de globos, ¿si usted suelta un globo de mi color negro, se elevaría tan alto como los demás globos? El vendedor de globos inclina su cabeza, lo mira fijamente a los ojos y le contesta: niño, los globos no se elevan por el color, sino por lo que llevan dentro.

Moraleja: Para triunfar y ser exitoso en la vida hace falta un deseo desde lo más profundo de tu corazón.  Debes reconocer cuál es esa fuerza que te mueve, que te impulsa y te hace levantarte cada día con ganas de luchar y conquistar tus metas  No permitas que nada te detenga.  Enfócate en el camino que debes recorrer. Házlo con mucha fe y perseverancia hasta lograr eso que aspiras. Recuerda, sólo tu deseo es tu fuerza.

¡Atrévete a triunfar! ¡Tú puedes! ¡Házlo!

Éxito,

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